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ENTREVISTA A ROLANDO RODRIGUEZ

GUERRA DE MALVINAS - 40° ANIVERSARIO

“Lo que nos corresponde, nos corresponde. Hay que seguir reclamándolo.”

Entre las entrevistas realizadas durante el mes de Abril en conmemoración por los 40 años de la Guerra de Malvinas, conversamos también con el excombatiente Rolando Rodriguez.

Para comenzar, Rodríguez recuerda que fue convocado para ingresar al servicio militar y su destino fue Comodoro Rivadavia. “Una noche nos llamaron a algunos, nos pidieron que juntemos nuestras cosas y nos aislaron. Perdimos contacto con todo”, rememora. A continuación, detalla que no sabían bien qué pasaba hasta que les entregaron uniformes y armamentos. El día 6 de Abril fueron llevados a formar a la Plaza de Armas donde encontraron a las familias de los militares. “Muchos lloraban. Ahí nos enteramos que el 2 habían tomado las Malvinas”, relata Rolando. 

La misión que se les había otorgado como batallón logístico era ir a brindar apoyo y una hora después ya estaban viajando a las Islas. “No tuvimos tiempo de avisar a nadie. Fue crítico ese momento, no entendíamos qué estaba pasando”, dice mientras cita unas palabras del sargento que no olvida: “Cuídense, van de carne de cañón”.

Más tarde, narra que llegó a las Islas en avión y que pasaron la noche en un galpón. Con el primer ataque aéreo, los soldados entendieron realmente que estaban en la guerra. Entre imágenes en su memoria, el ex combatiente evoca las bombas que caían delante de sus ojos: “Cuando estalla una cosa así arrasa con todo, no sabés si te podés salvar o no. Te queda latiendo el cuerpo…”.

El sufrimiento llegó con el pasar del tiempo: el frio, sobre todo, ya que con la comida tuvieron más suerte. “Tu forma de vida cambia rotundamente. La cabeza empieza a trabajar de otra manera. En un momento lo mejor que te podía pasar era saber que estabas sólo con tus compañeros. Pensar en la familia te ablandaba y empezabas a pasarla mal”, y alude a su fe en Dios como motor de aquellos días.

El momento de la rendición fue la parte más dura. “Te duele. Uno había estado 74 días ahí dejando todo lo que pudimos dejar. Y dejamos 632 compañeros que era lo más valioso que teníamos.” Con los demás soldados, volvieron en el buque hospital. Llegaron al continente por el sur y de ahí, se dirigieron al batallón dónde los esperaron en el barrio militar. Más tarde fueron aislados y no volvió a ver a sus compañeros. “A ellos los reencontré acá (Buenos Aires), ya dado de baja”, afirma. Sin embargo, pronto volvió a reencontrarse con su familia de quienes tuvo una contención muy grande. Pudo volver a trabajar y cuenta que eso lo ayudó mucho: “Nos costó reinsertarnos en la sociedad porque hubo un segmento que nos quiso tapar pero la vida misma te va ayudando”.

Luego del recuerdo de aquella experiencia que marcó su vida, Rolando pone el foco en la causa Malvinas expresando que es un derecho y un reclamo genuino del que la gente tiene que tener conciencia. “Lo que nos corresponde, nos corresponde. Hay que seguir reclamándolo”, reflexiona.

Para concluir, invita a que no se pierda la idea de “malvinizar”. “Es algo que tenemos que hacer todos los días, como la educación. Que no se olvide. No puede quedar escrito en un libro eternamente. Lo único que pido es que no dejen que se apague la llama. Mucha gente dio la vida”, asevera.